La Iluminación de Carlos Marx

 

por Jürgen Euler

 

 

 

1.  Elogio al tráfico individual

 

 

 

“Antes apenas comprendía los elevados artículos de fe, a manera de los legos, y menos aun entendía la naturaleza, hasta que comenzó a iluminarme la luz eterna de la misma, de la cual estaba tan deseoso que quise levantarle a este conocimiento en mis escritos un memorial. Pues el espíritu me atravesó como un rayo, haciéndome ver en lo profundo de la eternidad”

 

Jakob Böhme

 

 

 

En una mañana de verano del año 1977 viajaba yo en mi viejo Mercedes modelo Diesel 180, año de fabricación 1961 (marca oficial WI-AR 14), de Wiesbaden a Frankfurt para asistir a una conferencia de pedagogía en la universidad local.

 

A la altura de la gasolinera Aral detrás de la rotonda Opel wiesbadena se encontraba un hombre barbudo entrado en años con aspecto de hippie. Detuve el auto y lo invité a subir. Inmediatamente lo reconocí, pues hasta hacia muy poco colgaba un póster con su imagen en mi habitación. Era sin dudas Carlos Marx.

 

Iniciamos una animada conversación, nos entendíamos perfectamente. Luego de una pequeña pausa – habíamos alcanzado entre tanto el mercado Massa en la cercanía de Hattersheim _ exclamó Marx de repente: ¿ por cierto, sabía Usted que yo tuve una iluminación? Me asombré muchísimo y me sentí tan confundido que poco falto para que  produjera un accidente. Está loco -pensé- tal vez su memoria se ha deteriorado durante su larga ausencia.

 

_Eso no puede ser cierto -le dije-, dese cuenta, Usted fue el más grande teórico del ateísmo. ¡Vaya a contar esa historia sobre su iluminación a su barbero!

 

_ Bueno - contestó él- ya en mis Manuscritos Parisinos escribí que el ateísmo no tiene sentido. Si Usted tiene deseos le mostraré cosas sobre las cuales se asombrará _.

 

Por supuesto que tenía deseos.

 

Llegamos a Frankfurt sin ningún otro incidente. En la biblioteca nos trajeron las dos primeras partes del primer tomo de la primera sección de las Obras Completas de Marx y Engels del año 1975, las dos primeras partes del primer tomo de la primera sección de la edición  completa crítica- histórica del año 1927 y el primer tomo suplementario de las obras de Marx y Engels.

 

Allá Marx me mostró su novela y sus poemas, especialmente los dedicados a su padre por su cumpleaños en 1837, y la carta a su padre  del 10 de noviembre del mismo año.

 

Me sorprendí extraordinariamente al saber que Marx había escrito poemas y de hecho encontré en ellos una cantidad de expresiones curiosas en las que se hablaba de ‘formas luminosas’, ‘apariciones sobrenaturales’, ‘metamorfosis’, ‘estremecimientos eléctricos’, ‘relámpagos’, ‘golpes de magia’ y ‘luchas internas’.

 

Al leer algunos de sus poemas Marx se golpeaba los muslos y reía de tal forma que se le salían las lágrimas. Entonces comenzó a contarme su iluminación, la cual reproduzco en el capítulo siguiente. (1)

 

 

 

 

2. Las pacíficas esquinas del DB*

 

 

 

“Bien conozco el divino sentimiento que experimenta todo aquel que se encuentra en íntima y amorosa relación con Dios, tanto el místico como el racionalista”

 

Friedrich Engels

 

 

 

En la primavera de 1837, siendo un joven doctorando en Ciencias Jurídicas, salí de Berlín hacia Treveris con el fin de pedir la mano de mi Jenny al consejero privado de Westfalia. Me alegraba mucho volver a ver a mi amada, y también me alegraba, aunque menos, el reencuentro con mis padres. Ya no nos unían las mejores relaciones, pero de vez en vez los visitaba con gusto. En realidad no sabía bien qué hacer con ellos. Pero ante todo disfrutaba el retorno al terruño.

 

Los días que siguieron a mi llegada pasaron armoniosamente; hasta aquella noche en la cual no solo informe a mis padres sobre el transcurso de mis estudios sino también sobre los cambios fundamentales de mi cosmovisión. Les conté que ya no era más el estudiante de segunda enseñanza cristiano y piados de antes, sino que me había convertido en ateo y me encontraba entre los hegelianos de izquierda. Les hablé de Bruno Bauer y de Feuerbach, quien había desenmascarado a Dios como el reflejo supuestamente divino del ser humano.

 

Mi padre se indignó, pues había puesto todo su empeño en educarme en el temor a Dios, empeño que evidentemente le parecía infructuoso. Un fuerte enfrentamiento tuvo lugar entre mi padre y yo hasta bien entrada la noche. Mi madre lloraba desconsoladamente.

 

A la mañana siguiente mi madre yo nos sentamos a charlar luego del desayuno y la conversación nos condujo al enfrentamiento de la noche anterior. Le dije que pensaba que mi padre estaba en la luna si consideraba un producto de la fantasía y la incapacidad humana como criterio de todas las cosas.

 

 Mi madre no reparo en mis observaciones y dijo simplemente: tú y tu padre, los dos son unos rebeldes. De momento no pude entender esa aseveración. Que yo era un rebelde estaba para mí realmente claro. Lo que más odiaba en el mundo era la subordinación. No en balde intentaba siempre luchar contra los mansos y sumisos, lo que se demostró en mi conversión al ateísmo y en mi discusión con mi padre. ¿Pero mi padre un rebelde? ¡ridículo! Por puro oportunismo se convirtió él del judaísmo al protestantismo   y luego del conflicto del casino (2) no se mostró precisamente como un luchador contra la autoridad. Pero luego me di cuenta de que con la conversión mi padre había actuado en contra de las normas impuestas por sus familia. En ese momento comencé a ver con los ojos de mi padre las condiciones bajo las cuales él había crecido y llegué a la conclusión de que si yo hubiera tenido el mismo desarrollo social que él me hubiese convertido en el mismo ser sumiso,  servil y adaptable por el que tenía a mi padre. Mientras más intensamente pensaba en ello, más desaparecía mi autocomprensión. Mi pensamiento alcanzó el punto en el cual se hace independiente, es decir, se libera totalmente. No pensaba por mí mismo, yo “era” pensado. Había algo que “me” pensaba. Yo , el “bueno” , no evolucione espontáneamente o por decisión propia hacia los hegelianos de izquierda, sino que evolucione por la socialización. Esta reflexión me llevó hasta un punto en el que “yo” cuestionaba a mi Yo; en el cual mi ‘Yo’ dejaba de existir por completo. En aquel punto en el que desapareció la que hasta entonces había sido mi identidad, se fundió mi cosmovisión, mi idea de lo que la vida era y significaba, convirtiéndose en un conglomerado indefinible. Entonces ocurrió aquello: una aparición divina surgió ante mi alma.

 

 

 “ Una aparición divina surgió ante mi alma” (MEGA I, 1 Pág. 696)

 

 

Sentí como todas las contradicciones se disolvían por si mismas y se volvían una sola cosa; sentí como todo se fundió en una increíble armonía.

 

 

 

 “Me sumergí en la contemplación de mí mismo  y vi un reino en ascenso, su éter flotaba tan ligero y al la vez tan pesado, y en su centro se encontraba una imagen divina, la belleza misma, como la había entrevisto en los audaces sueños de mi fantasía, sin poder reconocerla” (MEGA I, 1 Pág. 702)

 

 

 

 

 

   y que uno mismo como pequeño ser humano forme parte de esta unidad, se siente como si se flotara en el infinito.

 

“Estaba emocionado en lo más profundo, y vi el universo y me vi por dentro” (MEGA I,1, Pág. 688)

 

 

 

“Te hundes estremecido,

 

tu pecho late,

 

ves infinitos mundos eternos

 

sobre ti y abajo

 

inabarcables, interminables

 

flotando en la danza cíclica

 

de la eternidad sin reposo.

 

Y tú, un átomo,

 

te hundes en el universo”

 

(MEGA I, 1, Pág. 639)

 

 

 

“Veo los cielos abiertos.

 

Me estremezco de manera tan rara

 

Mi esperanza deviene en ser:

 

Me está concedido acercarme a las estrellas”

 

(MEGA I. 1, pág. 518)

 

 

 

... y además oyes a Pink Floyd.

 

 

 

 

 

 

 

“Desde las ondas del éter

 

se acerca una criatura de luz

 

y brotan de ella tonos

 

de oscuro poder supremo”

 

( “La aparición” MEGA I,1, pág,. 743)

 

 

 

 

 

 

“El surgimiento de las formaciones de átomos así como su atracción y repulsión son estrepitosas.  Una lucha fragorosa, una tensión hostil conforma los talleres y fraguas del mundo”

 

(Extracto del Lukrez II 113-120, citado en los trabajos preliminares a la tesis de doctorado)

 

 

 

... solo que mucho mejor. Así como si el mundo hubiera perdido su fuerza de atracción y tú te liberaras. Libre de doctrinas y filosofías, de la sociedad, del consumismo y de ti mismo. Este sentimiento d autodisolución total fue a la vez un sentimiento de descubrimiento, de resurgimiento.

 

 

 

“Tu despertar es un alzarse interminable

 

tu alzarse una eterna caída

 

tu inmersión es alzarse sin fin,

 

tu abrirte interminable

 

es un ardiente beso eterno

 

de la divinidad,

 

dado con labios temblorosos

 

enrojecidos por el éter”

 

( MEGA I. 1. pág. 639)

 

 

 

Todas las cosas que nos han preocupado nos parecen niñerías, ridículas y banales.

 

 

 

“Te ríes por toda la eternidad

 

de los valores del hombre.

 

Haces bien, pues sabes qué les corresponde.

 

Ya estuviste en los abismos

 

Donde ningún otro ojo ha leído”

 

(MEGA I, 1, pág. 754)

 

 

 

¡Puff! Es imposible de describir. Era sencillamente un sentimiento de dicha.

 

 

 

“Allá se está bien, leve como el éter

 

como estar suspendido entre brisas y nubes.

 

La belleza que ningún artista ha alcanzado

 

Reluce tejida de aromas etéreos”

 

(MEGA I, 1, pág 741)

 

 

 

… de comprenderlo todo. Supe que ‘todo’ se relacionaba con ‘todo’. Para mí ya no existían problemas. En algún lugar del oscuro universo había encontrado a mi dios, que ni tiene barba blanca ni es anciano, quien solo es la disolución de lo material, y por tanto del mismo cuerpo humano, siendo a causa de esto la unidad de todo, una nueva composición.

 

 

 

“De lejos sobre ondas de luz

 

el espíritu creador increado.

 

Los mundos flotan, las vidas fluyen,

 

 La eternidad circunda su ojo “

 

(MEGA I, 1, pág. 622)

 

 

 

Después de esta experiencia regresé paulatinamente a mi estado consciente normal, al que se unió una increíble sensación de ¡Eureka!

 

 

 

“La belleza irradiaba rayos del espíritu”

 

(MEGA I, 1, pág. 702)

 

 

 

Las ideas que con anterioridad a esta iluminación yo había experimentado como antagónicas y a las que consideraba por separado, se relacionaron entre sí.

 

 

 

 

 

 

 

“Me hundí en profundas investigaciones para dilucidar que relación podría existir entre un ropero y la primogenitura, hasta que me sentí como atravesado por un rayo y se agolpó un pensamiento sobre otro formando una torre(3) y nublando mi vista. Entonces surgió ante mis ojos una visión luminosa:

 

 ¡la primogenitura es el ropero...¡hallada la piedra filosofal, hallada!”

 

(MEGA I, 1, pág. 696)

 

 

 

 

Esta reestructuración de los procesos cerebrales fue en extremo dolorosa. Quien haya experimentado alguna vez un cólico nefrítico tiene idea de la medida de este dolor. Con la diferencia de que este se desata en la cabeza.

 

 

 

“La aparición sobrenatural trastornó tanto sus miembros, que la fuerza de cohesión de sus nervios se disolvió en el caos de la expansión, semejante al embrión que aun no se ha liberado de las relaciones universales del inconsciente para adoptar una forma determinada, de tal manera que su nariz descendió hasta el ombligo y su cabeza hasta el suelo.”

 

(MEGA I, 1, pág. 697)

 

 

 

“El impacto mágico fue en un inicio demoledor”

 

( Carta al padre del 10 de noviembre de 1837)

 

 

 

Junto a este dolor obtuve el conocimiento claro y sin mácula. El mundo era distinto a lo que me habían contado y a lo que yo había entendido hasta ahora. Entonces fui presa de la terrible angustia de tener que quedarme con este conocimiento para mí solo, de no poder volver a hablar o a escribir, de estar muerto en vida. De golpe entendí a cabalidad el significado de la palabra ‘demente’. Pero luego volví a mi estado normal. Sufrí depresiones y logre arrastrarme hasta la cama.

 

Con esta experiencia se desmoronó hasta los cimientos lo que había sido mi identidad.

 

 

 

“Un velo se había desgarrado y lo más sagrado para mí yacía destruido. Era necesario entronizar nuevo dioses.”

 

(Carta al padre)

 

 

 

“Mi ojo mira extraviado

 

mi mejilla está tan pálida,

 

mi cabeza tan confundida.

 

Un reino extraño.”

 

(“Metamorfosis” MEGA I, 1, pág 545)

 

 

 

“Me asombré de mí mismo, pues había crecido gracias a mi amor, me había hecho gigante. Vi un mar interminable en el que no batían las olas y que había ganado en profundidad y eternidad. Su superficie era de cristal y en su oscuro fondo se estremecían estrellas doradas que entonaban canciones de amor, que despedían llamas... ¡y el mismo mar era cálido!”

 

(MEGA I, 1, pág. 702)

 

 

 

“Cada uno de nosotros es un Fausto, pues no sabemos cuál lado es el derecho y cuál el izquierdo. Nuestra vida es por tanto un circo, corremos en círculo buscando los lados hasta que caemos sobre la arena y el gladiador, la vida misma, nos da muerte. No podemos diferenciar el lado derecho del izquierdo. No sabemos donde se encuentra cada uno.”

 

 (MEGA I, 1, pág. 695)

 

 

 

Pero en cambio sabía como era la muerte, y que solo era una metamorfosis de un estado de conciencia a otro.

 

 

 

“El ser y el pensar son en verdad diferentes, pero a la vez conforman una unidad. La muerte parece ser una dura victoria de la especie sobre el individuo, y parece contradecir esta unidad. Pero el individuo específico es solo un miembro determinado de la especie y solo mortal en cuanto tal” (MEW EB I, pág 540)

 

 

 

Basándome en esta experiencia escribí con posterioridad que el ateísmo no tenía    sentido

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“El ateísmo...ya no tiene sentido”

 

(MEW EB I, pág. 546)

 

 

 

 

 

 

    Que muchos de aquellos que con posterioridad al interpretar mi justa afirmación de que la religión es el opio del pueblo, llegaran a la conclusión de que soy ateo, es un hecho contra el cual nada puedo hacer.

 

    En la carta del 10 de noviembre de 1857 a mi padre traté de plasmar las impresiones surgidas de esta crisis.

 

 

 

“Al abandonarlos un nuevo mundo nuevo surgió para mí”

 

 

 

Así como en los poemas dedicados ‘a mi caro padre por su cumpleaños en 1837’

 

 

 

“Semejante al creador desde tu pecho

 

brotaron hacia mí llamas

 

se alzaron juntas sobre mí,

 

yo las alimente en mi pecho. (5)

 

Tu imagen, de pie en resplandores

 

cubrió como el filo del viento

 

suavemente las llamas

 

con amoroso cimbrear...

 

 

 

Cuando se aplacó la lucha interna

 

Vi trasmutados en un canto

 

Al placer y al dolor”

 

(“Dedicatoria al padre” MEGA I, 1, pág. 623)

 

 

 

“Porque descubrí lo más alto

 

y me encontré meditando en las profundidades

 

soy como un dios arrogante,

 

me envuelvo en oscuridad como él.

 

Largo tiempo hurgué y anduve

 

sobre el mar del pensamiento undoso.

 

 Allá encontré al verbo

 

y me así a mi hallazgo...

 

 

 

Kant y Fichte se extasían en el éter

 

buscando allá un reino lejano.

 

Pero yo con afán solo intento entender

 

lo que hallé en la calle, abajo.”

 

(“Hegel” MEGA I, 1, pág. 644)

 

 

 

“No encuentro manera de explicar

 

lo que arde en mi interior.

 

Solo el cielo pudiera otorgármelo,

 

es imposible nombrarlo

 

con palabras terrenas.

 

 

 

Y a nadie puedo revelarlo

 

pues solo hacen burla de mí

 

aquellos que no han contemplado

 

hondo en la natura”

 

(MEGA I, 1, pág. 517)

 

 

 

“Ha surgido un ave Fénix

 

se alzó de cenizas ardientes

 

relumbró por toda la tierra,

 

un coro espiritual adentro...

 

Me hallé tocado por el rayo

 

inmóvil en lo profundo, atado

 

de extraña manera. Anhelos

 

y amor encendieron mi pecho”

 

(MEGA I, 1, pág. 611)

 

 

 

También en la tragedia “Oulanem” y en la novela “Escorpión y Félix” intenté trasmitir estas experiencias.

 

Por lo demás, luego de este ensanchamiento de mi conciencia me resulto tan prosaica la temática de mi disertación sobre derecho jurídico que ya había iniciado, que la hice a un lado y escribí en cambio acerca de la “Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la epicúrea”

 

 

 

A aquel que desee tener una experiencia semejante le deseo lo siguiente:

 

 

 

 

 

 

 

 “Al que desee obtener una idea tangible y no abstracta de la Santísima Trinidad (6) no puedo recomendarle cosa mejor que no soñar nada, hasta que no caiga dormido; sino por el contrario velar en el Señor y analizar este presupuesto, pues en él se haya la idea concreta. Alcémonos  hasta su altura desde nuestra posición actual, sobre cinco peldaños de distancia, como una nube asentada en lo alto. Entonces nos saldrá al encuentro la enorme “nada” , si descendemos hasta su centro nos espantamos hasta la “nada” gigantesca y si nos hundimos en su profundidad, se reconciliarán ambas en armonía en la “nada” de audaz inscripción ígnea que se nos acerca.”  (7) (MEGA I, 1, pág 700)

 

 

 

 

 

En todo caso les advierto:

 

 

 

“El que alza la vista con ojos aun sanos,

 

retorna mudo y en palidez mortal.

 

Tocado por el hálito ciego de la muerte

 

cavará el mismo la tumba de su felicidad.”

 

(MEGA I, 1, pág. 640)

 

 

 

Ni hombre ni mujer alguna deberá intentarlo a solas.

 

 

 

A quien quiera soñar un poco le recomiendo para concluir que compare alguna vez mi poema “Meditaciones nocturnas” (Nachtgedanken) con el Apocalipsis de San Juan, especialmente Apocalipsis I. 14-16

 

 

 

Aquí concluyó Marx la descripción de su iluminación.

 

 

 

“El Espíritu baja atraído por la tierra

 

mecido sobre las ondas de la vida.

 

No lo enardece el afán de saber

 

ni el valor –callen los que critican:

 

Iluminación fue suficiente.”

 

(MEGA I, 1 pág. 754)

 

 

 

 

3. Ventajas de andar a pie

 

 

 

“The ‘id’goes marching on”

 

Melanie

 

 

 

 

 

Si alguna vez se lo encuentran salúdenlo de mi parte, el ‘Ello’.

 

 

 

Observaciones.

 

1.                   Mientras Marx describía su iluminación iba señalando con el dedo el texto correspondiente, el cual yo citaré en el lugar adecuado.

 

2.                   Esto se refiere a un suceso en el casino de Tréveris.  La elite espiritual de la ciudad de Treveris, entre cuyos miembros se encontraba el abogado Heinrich Marx, se reunía en la ‘Sociedad para investigaciones provechosas’, con carácter marcadamente científico, y en la ‘Sociedad literaria del Casino’, que gracias a su biblioteca, conciertos, representaciones teatrales y bailes ocupaba un papel de importancia en la vida de la ciudad. Al celebrarse en enero de 1834 un aniversario más de la fundación del Casino, tuvo lugar una demostración en contre de Prusia, pues ésta había ocupado Renania, a la que pertenecía también Tréveris. Se entonó la Marsellesa y se hizo ondear la bandera tricolor,  que fue acogida con entusiasmo como símbolo de la revolución. Heinrich Marx fue denunciado en un informe policial por haber cantado en aquella ocasión. El gobierno prusiano puso al Casino, que había sido entretanto abandonado por algunos oficiales y funcionarios públicos, bajo vigilancia policial y ordenó que se realizaran pesquisas. El abogado Heinrich Marx se encontraba entre los sospechosos. Con posterioridad Heinrich Marx se distanció de estos sucesos y expresó reiteradamente su entusiasmo por Prusia y la monarquía

 

3.                   En la edición crítica –histórica de 1927 aparece ‘tonante’ en lugar de ‘formando una torre’. Para Marx ambas son adecuadas.

 

4.                   Aquí Marx hace referencia a la relación entre iluminación y conciencia prenatal.

 

5.                   Ante esta rima Marx se llevó la mano a la frente y carraspeo.

 

6.                   Marx consideraba que con esta descripción había contribuido considerablemente a la aclaración de la combinación Padre, Hijo y Espíritu Santo.

 

7.                   Con respecto a esto Marx lamento que no existiera aun ninguna investigación científica sobre la importancia de este Mantra .

 

 

 

* DB abreviatura de Deutsche Bibliothek (Biblioteca alemana) y Deutsche Bundesbahn (metro alemán). (N del T)

 

 

 

 

 

 

   Bibliografía

 

Euler, Jürgen, Identität und marxistischer Materialismus -Zur Theorie epistemologischer Einschnitte, Frankfurt/M 1977, (nicht-veröffentlichte Diplomarbeit)

 

Marx, Karl ; Engels, Friedrich, Werke (MEW), Ergänzungsband I, Berlin 1958

 

Marx, Karl; Engels, Friedrich, Historisch-Kritische Gesamtausgabe, Berlin 1927, Abteilung I, Band 1, 1. und 2. Halbband

 

Marx, Karl; Engels, Friedrich,Gesamtausgabe (MEGA), Berlin 1975, Abteilung I, Band 1, 1. und 2. Halbband

 

 

 

 

 Copyright © 1999 Jürgen Euler / Alle Rechte vorbehalten /

Zeichnungen: © 1999 Friedrich - Karl Waechter

(Vielen Dank, lieber F.K.W.. Hoffentlich guckt mal ein Schwein)

Hintergrundmotiv © Karin Kramer Verlag

Foto: © Ingrid Bollig (herzlichen Dank, liebe Ingrid)

 

   Traducción: Gilma García Niubó